VIVIR NO ES SÓLO EXISTIR: ES CREAR,SABER,GOZAR,SOÑAR

Decía John Lennon que «la vida es eso que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes»  y quizás sea ese carácter imprevisible, que hace que todo pueda ser posible en cualquier momento y situación, incluso cuando las condiciones que te rodean sean precarias o parezca que no hay lugar a la esperanza o el cambio, lo que convierte a la vida en ese milagro increíble que se repite cada mañana al abrir los ojos después de abandonar la oscuridad del sueño nocturno. Me disponía a escribir sobre los temas que me suelen ocupar en el Mentidero , historia, política, problemas sociales , las amenazas que acechan a nuestro querido y maltratado planeta, a esta casa que nos aloja a todos y que ponemos en riesgo con la ceguera de unas sociedades que se empeñan en medir el grado de felicidad en términos económicos, sacrificando en esa absurda carrera hacia ninguna parte aquello que nos permite seguir viviendo. La Tierra es nuestra casa, no disponemos de otro hogar al que trasladarnos , ni un barrio mejor para vivir.
Pero no, no voy a escribir sobre eso, voy a escribir sobre la vida y lo más seguro es que esto no lo vaya a leer nadie, porque es sólo una reflexión de lo que significa la vida para mi, algo personal y muy difícil de transmitir , porque cada uno de nosotros tenemos una experiencia diferente,unas circunstancias y una biografía distinta que influyen en la forma en que contemplamos la existencia. Sin embargo, escribir es en ocasiones nada más que la necesidad de expresar los sentimientos cuando estos colman el corazón, cuando rebasan los límites del cuerpo y quieren extenderse llevados por el viento , como dice la escritora Isabel Allende «escribo lo que llevo dentro, lo que voy cocinando en mi interior y lo expulso de mi cuando ya no puedo más «.



Pablo Neruda es uno de los poetas que ha escrito algunos de los poemas más bellos sobre la vida como este magnífico «Queda prohibido»  donde escribe «queda prohibido  no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen menos que la tuya» Sólo podemos vivir de verdad cuando llegas a olvidar el egoismo y comprendes que la felicidad de los demás es el único camino hacia tu propia felicidad (imagen tomada del blog entrepinceladasypalabras-rosario.blogpost.com) 



Es extraño y a la vez conmovedor despertarte por la mañana, una mañana como otra cualquiera, sin nada particular que la distinga ni la diferencia de otras muchas mañanas de tu vida , que se confunden en la memoria sin que pudieras rescatar nada más que alguna marcada por un acontecimiento que la convirtió en especial. Pero descorres las cortinas, levantas la persiana, abres la ventana y un sol deslumbrante penetra hasta el fondo de tu habitación y le acompaña ese aire puro, que parece despertar también a la vida, como un heraldo que anuncia que un nuevo día amanece en la Tierra. Y miras alrededor y ves esos viejos pinos que se yerguen frente a tu ventana desde que eras un niño y siguen ahí , hablándote en silencio , saludándote con el leve rumor de sus hojas. En el cielo las golondrinas se persiguen unas a otras y recuerdo aquellos versos de Neruda en los que el poeta chileno se preguntaba «¿Qué pasa con las golondrinas, que llegan tarde al colegio?¿es verdad que reparten cartas transparentes, por todo el cielo?»
Las  imagino repartiendo cartas de esperanza a todos los que las miran soñando en una vida mejor, lejos de los problemas acuciantes de cada día, en un mundo donde las personas dispongan de tiempo para vivir y no sólo para existir, donde el día no se mida por las horas de trabajo, por las reuniones, por las obligaciones, sino por las ocasiones en que hemos podido compartir un sueño, por los momentos en que hemos reído juntos, por esos silencios entre amigos que tanto acompañan nuestra soledad porque no siempre es necesaria la palabra, la presencia es suficiente cuando dos personas se aman y ningún discurso tiene la fuerza poderosa e invencible de una mano en el hombro o de un abrazo que nos sumerge en el alma del otro.
Y de nuevo como Neruda podríamos preguntarnos «¿quién despierta al Sol cuando duerme sobre su cama abrasadora?¿La Tierra, que canta como un grillo entre la música celestes?» Y no tengo respuesta para esa pregunta, ni tampoco se por que vuelan las golondrinas hoy, ni porque me saluda el viejo olmo erguido sobre sus raíces, pero están ahí anunciándome que empieza un nuevo día, que estoy vivo y ,de pronto, eres consciente del aire que penetra en tus pulmones, de la sangre que se precipita por tus venas llenándote de existencia, de los latidos de corazón que te recuerdan que el mundo esta ahí , esperándote para que lo vivas, que formas parte de esa obra maestra que es la naturaleza.




Esta es una fotografía de mi último viaje a esa hermosa tierra que es Asturias. Cuando te hallas en la cima de una montaña y contemplas algo como lo que veis en la foto no necesitas nada más. Sólo sentarte y contemplar lo bello que es este mundo y con que facilidad lo olvidamos. Decía Abraham Lincoln que no importa los años que vivas, lo importante es la vida con la que llenes esos años. No podemos dejarlos perder sin vivirlos 

 

No sabría definir ni con un millón de palabras lo que es la armonía, es diferente a la felicidad, a la alegría o al amor, pero Shakespeare no necesitaba ni cincuenta para ofrecernos una visión de esa armonía «No hay ni uno solo de los astros que contemplas, que , en sus evoluciones , no cante como un ángel del cielo y que no una su voz al coro de los querubines de cándidos ojos. Esta misma armonía se encuentra en las almas inmortales»  . Es tan extraño sentirla, es tan difícil capturarla aunque sea por un breve momento, que puedes llegar a pensar que no existe, y que tienen razón quienes dicen que hay que ser realista y olvidar los sueños de nuestra infancia es el camino correcto para convertirnos en personas responsables y útiles a la sociedad.
Y les escuchas, y vives pendiente de tus obligaciones, y te olvidas de como era el sol del amanecer, y como te reías cuando jugabas en mundos invisibles, y cuando te tendías en el suelo mirando el cielo y adivinabas las formas que se escondían tras las nubes , y cuando cerrabas los ojos por la noche, sin temor al futuro y sin que sintieras el peso del pasado y despertabas por las mañanas a un mundo siempre nuevo , sorprendente y lleno de promesas, cuando la sonrisa de esa niña que te hacía latir más rápido el corazón sin que supieras el motivo te llenaba de una alegría que desbordaba tu mirada e iluminaba cada paso . Pero nos olvidamos de ello ,y durante años permanece enterrado en los estratos más profundos del espíritu, allí donde apenas llega la luz, mientras las preocupaciones cotidianas , lo que llaman la realidad, habitada por las prisas, por la necesidad, por el deseo, por la angustia,  convierte la vida en un escenario y a ti mismo en un actor en el que apenas te reconoces.
Pero esa vida que sentías de niño no muere, esos sueños, esa manera de sentir, esa alegría, esa armonía, siguen latentes en tu interior, esperando que le des una oportunidad para salir a la superficie y recordarte quien eres en verdad, que a pesar de todos los problemas, de todos los obstáculos, de los errores cometidos, de los sufrimientos padecidos, de los desengaños o de los sueños abandonados, de las heridas que a todos nos causa la vida , aún eres capaz de amar, aún puedes construir nuevos sueños, aún puedes emocionarte y llorar . Escribía Oscar Wilde que «A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.». Quizás ese instante, ese breve momento de armonía al abrir la ventana y saludar al mundo , haya sido uno de esos momentos mágicos de la vida y quizás lo sientes sólo cuando tu alma esta preparada , cuando has derribado las murallas que los años construyen alrededor del corazón para que nada ni  nadie lo lastime.
Un mundo que compartimos entre todos, nuestro único hogar en un Universo inmenso , no es una fuente de recursos para enriquecernos sino la fuente de nuestra existencia, donde se desarrolla el misterio de la vida . Sólo mediante la transformación de nuestra forma de pensar, cuando sepamos valorar lo que representa cada ser vivo, cada particula de aire que da vida a nuestros pulmones estaremos preparados para salvarla.  Sin ella, simplemente, no somos 
No, el mundo nunca puede ser como en la infancia, porque ahora sabes que hay mucho dolor, muchas situaciones injustas, que hay problemas que solucionar y causas que defender, que tienes que vivir en la realidad si la quieres transformar y ser consciente que de vez en cuando recibirás algún golpe o alguna herida dolorosa. Si, la vida no es un cuento de hadas, no es un camino alfombrado por pétalos de bellas flores, abundan las espinas, los días sin luz y las noches frías, pero hay tantas cosas por las que merece la pena levantarse cada día, necesitamos tan pocos pretextos para sonreír, para amar, para querer vivir aún un día más . Pienso que nuestra vida cotidiana es como la prosa de un libro que de pronto se ilumina con los breves versos de un poeta, que iluminan lo que antes era gris con una luz deslumbrante y quizás por eso los poetas son los que mejor saben captar la esencia de la vida, ese algo etéreo, que no puede ser descrito pero si intuido.
En unos versos de Gregorio Marañón leo » Vivir no es sólo existir, sino existir y crear,saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar». Y pienso que , pesar de todos los tropiezos, de las caídas en el camino hasta llegar hasta aquí, la vida es lo más hermoso que poseo, que no seria yo quien soy sin los amigos que me acompañan en este camino y que son esas personas a las que amo y que me quieren, que son los sueños que aún viven en mi corazón, que es el amor que aun puedo entregar, la mano que puedo tender , la sonrisa que puedo regalar, motivos suficientes para dar gracias por seguir aquí un día más y no olvidar este maravilloso regalo de abrir los ojos cada mañana, respirar y saludar al mundo. Tenía razón Jorge Santayana «la vida no está hecha para comprenderla, sino para vivirla»
Si alguien ha leído este artículo le pido perdón, se que esto no tiene interés más que para mi, pero ,a veces , para dar las gracias, tienes que expresarlo en voz alta. Y este articulo es un gracias a todos los que me quieren, a los que son mis amigos porque sin ellos nunca habría despertado para sentir de nuevo estas ganas de vivir, de luchar por cambiar las cosas, de esforzarme en hacerme mejor y ,quizás, aportar algo a quién lo necesite. Y en el próximo artículo vuelta a la lucha, al mundo real donde hay que residir para lograr los cambios que hagan este un mundo mejor y donde todos tengan la oportunidad de ser felices, al menos de intentarlo que ya es una forma de ser feliz.

AMEMOS LA VIDA: QUE NO NOS ROBEN EL PRESENTE

No era mi intención escribir hoy sobre algo tan general y difícil de definir como la vida, habiendo tantos temas en la actualidad que llaman mi atención, desde la tensión en Oriente Próximo que amenaza con convertirse en una seria amenaza para Europa y en cambiar todo el equilibrio internacional en esta región del mundo, hasta los asuntos económicos y de política interna que afectan a España, a Europa y , en general, a todo el mundo. Pero ha sido una semana en la que ya me he indignado bastante y ya habrá tiempo, si Dios me lo permite, de dedicar la próxima semana a luchar de nuevo contra los molinos de viento que amenazan nuestra sociedad, y la verdad es que me apetecía concluir esta semana con un mensaje de esperanza, de ilusión a pesar de las dificultades que nos rodean y que no nos dejan disfrutar de lo maravilloso que es estar aquí, respirar, mirar por la ventan y ver un pedacito de cielo que nos recuerda que estamos vivos y que ese es el mayor milagro que podemos experimentar.
No hay filósofo, científico, cantante, escritor o poeta que no haya tratado en sus obras, canciones o trabajos  estos dos grandes enigmas que son la vida y la felicidad , porque ¿quién no desea comprender el sentido de la vida y la clave para vivirla en felicidad? Hay muchas escuelas de pensamiento que han desarrollado sus teorías, muchos tratados filosóficos que han dedicado miles de páginas a estos temas , pero creo que al final nadie nos puede dar una respuesta, yo lo veo como una búsqueda personal, una peregrinación por el mundo , abiertos a todas las preguntas, sin cerrar nunca las puertas a la novedad, a lo que nos da miedo pero nos puede enseñar algo sobre los demás y sobre nosotros mismos que desconocíamos.
Hay dos frases de dos autores, uno romano y otro español, separados por dos mil años de historia, pero que expresan mejor que yo lo que quiero decir. Uno es el filósofo romano Lucio Anneo Séneca(2 a.C-65 d.C) quién nos avisaba de que » La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy» y el escritor español Jorge Santayana (1863-1952) resumía el fracaso de tantas teorías cuando escribió que «La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla». Cada uno de ellos nos da los dos mejores consejos que podemos tener para vivir la vida en plenitud. ¿Cuanto tiempo perdemos inquietos por un futuro que no sabemos si llegará?¿cuantos momentos preciosos de nuestra vida no disfrutamos porque siempre existe la sombra en nuestra mente de problemas futuros?
Sentir el sol en tu piel, la brisa en tu rostro, el fluir de la sangre que recorre las venas del cuerpo, los latidos del corazón que nos dan la vida, eso es la existencia, eso es la alegría de vivir y es lo que olvidamos tantas veces.No dejéis que nadie os robe el presente, este instante irrepetible en el que te sientes vivo
Desde pequeños nos enseñan la famosa fábula de la cigarra y la hormiga, donde la cigarra vive al día y la hormiga trabaja para el mañana y cuando llega el invierno la alegre cigarra que se limitaba a disfrutar de la alegría del verano, es salvada por la laboriosa y precavida hormiga gracias al trabajo del que en su momento se burlo la cigarra. Es cierto que no podemos vivir sólo en el presente,   sobre todo cuando otras personas dependen de ti, pero pienso que en nuestra sociedad, agobiados por el ritmo acelerado de la vida actual, donde el trabajo ocupa la mayor parte de la jornada y luego, al regresar a casa, hay que cumplir nuevas obligaciones, llegamos a perder el sentido de lo que es la vida. Nos perdemos todas esas pequeñas cosas, esas alegrías que es lo que dan sentido a nuestra  existencia.
El genial Groucho Marx decía que «la felicidad consiste en pequeñas cosas, un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…», por supuesto que sin un mínimo bienestar no se puede ser feliz ni tampoco dispones de tiempo para plantearte que es la vida. Como un gran pesimista sobre la condición humana como es Woody Allen dice «la pobreza te ocupa demasiado tiempo», y cuando tu principal ocupación diaria es encontrar comida para vivir un día más todas las demás cuestiones carecen de sentido. Pero en el mundo occidental no sufrimos ese tipo de pobreza , y , sin embargo, es la parte del mundo donde más antidepresivos  se consumen y donde más personas padecen de ansiedad y otros males que yo diría que más que de la mente son del alma. Algo no hacemos bien, y no se arregla comprando el último dispositivo electrónico, ni ganando un suelo más alto, ni recorriendo todas las tiendas de la ciudad para vestir a la última moda, ni, como decía Groucho, comprando un pequeño yate o una pequeña mansión.
Pero hay algo cierto en las palabras de Groucho, la felicidad , igual que la esencia de la vida, se halla en todas esas pequeñas cosas que casi hemos olvidado apreciar, en esos pequeños milagros que llenan cada día pero que , sin embargo, estamos demasiado ocupados como para sentirlos y disfrutarlos. La vida en si misma, cada instante que pasamos sobre la superficie de este hermoso planeta que es la Tierra, es ya un milagro. Que millones de células se hayan organizado para formar mi cuerpo, que miles de millones de neuronas se combinen para hacerme consciente de mi mismo y de todo lo que me rodea, cada movimiento de mis pulmones que atrapan el aire que hace latir mi corazón y me mantienen un segundo más vivo para sentir, para amar, para reír, es todo ello un maravilloso e inexplicable enigma.
En esta obra de Vincent Van Gogh  reflejaba un hombre sufriendo una depresión, uno de los males más extendidos en nuestra sociedad occidental, donde tenemos asegurado un cierto bienestar material que , sin embargo, no va unido al bienestar del alma. Hay que recuperar el amor a la vida, que poco tiene que ver con la sociedad de consumo y sí mucho con el amor a los demás y la generosidad. La mayor fuente de alegría son los demás
Voltaire, al referirse a la eterna búsqueda de la felicidad del ser humano, decía que «buscamos la felicidad pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa , sabiendo que tienen una». Y sabemos que tenemos una casa llamada felicidad, porque esta reside en nuestro interior, no podemos buscar fuera lo que tiene que nacer de dentro, aunque , curiosamente, para descubrirlo es necesario antes salir fuera para darte cuenta de ello.Pero cuando haces ese recorrido, un día, de pronto, te das cuenta que en ese momento, en ese instante, sin mirar al futuro ni al pasado, sintiendo ese segundo que se escapa de las manos, hay , fugaz pero eterna a la vez, esta la vida y a su lado la felicidad de estar vivo, porque esa es la auténtica felicidad, la salvaje, ilimitada, indomable sensación de sentir la vida corriendo por tu cuerpo.
Nadie nos puede asegurar el futuro como nadie te puede prometer lo que no posee, tampoco nadie te puede liberar del pasado excepto tu mismo, porque el pasado es como un pesado equipaje que nos impide caminar en el presente. John Lennon decía que «la vida es aquello que te pasa mientras tu haces otros planes», la vida nos sorprende en cada esquina del recorrido y si nos preocupáramos menos por lo que será de nosotros mañana, si permaneciésemos abiertos a esas sorpresas, si no temiésemos abrir las puertas por miedo a lo que hay detrás de ellas, poco a poco sentiríamos como volvíamos a sentir la alegría de la vida como cuando eramos niños y las preocupaciones del mundo de adultos no enturbiaban el brillo de las estrellas ni la belleza de una mañana de sol.
Durante años viví ciego , sin sentir el río de la vida que pasaba junto a mi, sin mojar mi cuerpo en sus aguas ni dejarme arrastrar por su corriente pues temía ahogarme en sus turbulencias. Si, era miedo, miedo al mañana, miedo a la inseguridad, miedo a lo que puede salir mal, miedo a tantas cosas que te impiden vivir, porque en eso se resume todo, en miedo a la vida . Pero cuando rompes esas cadenas, cuando descubres que no hay que tener miedo, que hay que dejar que la vida te arrastre en su corriente sin resistirte a ella, entonces empiezas a entender que la existencia siempre nos ofrece oportunidades, siempre hay nuevas puertas abiertas para nosotros, que si te ocupas del presente con un corazón generoso y un alma abierta a los demás, no debes temer el futuro porque , no se cómo , el camino se va dibujando por delante de ti para que tus pasos nunca se pierdan en el vacío.



Omar Jayyam u Omar Khayyam nos advertía en sus hermosos poemas que no olvidemos disfrutar el presente por los temores y prejuicios que nos inculca la sociedad. Escribía «Busca ser feliz hoy porque no sabes que te traerá el mañana», vivimos esclavizados por un futuro que no sabemos si llegará.Eso no significa que no pensemos en ese futuro pero no a costa de sacrificar el hoy, el ahora, sacrificando la alegría de la vida  



Omar Jayyam (1048-1131) era un matemático, astrónomo y poeta persa, y escribió una maravillosa obra titulada «Rubayyat» con más de mil estrofas donde habla de la naturaleza y del ser humano. Omar Jayyam canta al placer del amor y al gozo de la vida, y nos dice que somos esclavos de nuestros propios prejuicios que nos impide disfrutar de la existencia. Trata de convencernos de que nos hallamos equivocados, que debemos recuperar el contacto con nuestra naturaleza y agarrar el instante efímero antes de que desaparezca.  Pero sus versos lo explican mejor que yo

¿Por qué vendes tu vino, mercader?
¿Qué pueden darte a cambio de tu vino?
¿Dinero…? ¿ Y qué puede darte el dinero?
¿Poder…? ¿Pues no eres dueño del mundo cuando tienes en tus manos una copa?
¿Riqueza…? ¿Hay alguien más rico que tú, que en tu copa tienes oro, rubíes, perlas y sueños?
¿Amor…? ¿No sientes arder la sangre en tus venas cuando la copa besa tus labios?

Pues si todo lo tienes en el vino, dime, mercader, ¿por qué lo vendes?
Si locura no fuese, cual la araña en su nido
cuidarías la tela de tu vida presente:
¿Y a qué, si nadie sabe si el aliento absorbido
puede volver al aire de donde fue bebido?

El ayer ya dispuso del hoy la suerte triste,
y el silencio y el triunfo y el dolor del mañana:
¡Bebe! pues que no sabes cuándo y porqué viniste
e ignoras porqué y dónde predestinado fuiste.

No desperdiciemos el vino de la copa de nuestra vida, no lo vendamos pensando que podemos sacar para el mañana, disfrutemos ahora de su sabor, de su aroma, de su color porque ¿hay alguien más rico que nosotros , que en la copa de nuestra existencia tenemos oro, rubíes, perlas y sueños?

Me gustaría terminar este artículo sobre la vida con otra frase de Omar Jayyam, una en la que nos dice «Busca ser feliz hoy, pues no sabes que te reserva el día de mañana. Toma una copa llena de vino, sientate en claro de luna y monologa: «Quizá mañana la luna me busque en vano.»
Recuperemos la alegría de vivir disfrutando de todos los instantes de nuestra vida, amando a los demás porque sin ese amor no es posible la alegría ni la felicidad, y dejemos que los prejuicios, los miedos y temores que encadenan nuestra alma se vayan desprendiendo. Cerrad los ojos, sentid el viento acariciando vuestra piel, los rayos del sol deslizándose por vuestro cuerpo, la sangre fluir por vuestras venas, los latidos del corazón que proclaman que hoy estáis vivos. Eso es la vida, eso es la felicidad, eso es la alegría incomprensible, maravillosa e inexplicable de existir. No permitais que nadie os lo robe. Da igual vuestra edad , la vida siempre está en nosotros, dejad que os llene el alma.