LA IMPORTANCIA DE LO PEQUEÑO: EL JUREL DEL PACÍFICO SUR, LA ÚLTIMA PESQUERÍA

Escribía el novelista francés Victor Hugo «La tierra no es del hombre, el hombre es de la tierra. Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha» Esto decía uno de los grandes escritores del siglo XIX hace más de un siglo , pero si entonces ya se quejaba del ser humano por su ceguera  e indiferencia hacia su entorno, hacia el mundo que es su hogar y que sostiene su existencia, no puedo imaginar cuales serían sus palabras hoy al contemplar la continua degradación de la naturaleza y la ciega carrera en la que está implicada la humanidad para agotar todos sus recursos naturales, desde los minerales a las especies animales que no sólo comparten el planeta con nosotros y son seres vivos que deberíamos respetar y cuidar, sino que además de su existencia , de su prosperidad, depende la nuestra. En diferentes ocasiones he citado en el Mentidero al científico y escritor James Lovelock(1919) y su hipótesis de Gaia según la cual la vida  se encarga de regular las condiciones necesarias para que esa misma vida prospere en el planeta, como un sistema que se autoregula y corrige los desequilibrios por si mismo. La Tierra sería en sí misma un organismo formado por todos los seres vivos del planeta.
A veces no nos damos cuenta que los organismos más pequeños son tan o más importantes que los grandes, desde las imprescindibles bacterias o las células que forman los organismos vivos hasta los mayores seres sobre la superficie de la Tierra, los elefantes, o del mar, las ballenas. Tendríamos que verlo como una pirámide donde los seres más pequeños se hallan en la base de su estructura mientras que los grandes depredadores , los de mayor tamaño, se encuentran en su parte superior. ¿Qué sucede cuando en un edificio , por muchos pisos que tenga, socavamos sus cimientos? Antes o después el peso del edificio no podrá ser sostenido y se derrumbará . Seguros por nuestros conocimientos científicos  pero ciegos ante la presión que ejercemos sobre el medioambiente, una presión que crece a medida que aumenta la población del planeta , que en apenas doscientos años ha pasado de los 978 millones de habitantes en 1800 a los siete mil millones alcanzados en 2011 , estamos recibiendo señales continuas de que el crecimiento , tal y como lo concibe nuestra sociedad de consumo, no es sostenible y de nada servirá mirar hacia otro lado cuando en nuestros mares no haya pesca, en nuestras colmenas no haya abejas y en nuestros ríos no haya agua.
Alcanzamos los mil millones de habitantes a principios del siglo XIX, en 1900 la población mundial era aún de 1650 millones de habitantes, y entonces comenzó a multiplicarse su crecimiento. Así en 1950 eramos 2518 millones, en 1970 ya 3692 millones, 5263 millones en 1990, 6070 millones en el año 2000 y en el 2011 alcanzamos los siete mil millones. Toda la historia de la humanidad hasta 1800 para alcanzar la cifra de mil millones y ahora, en apenas una década, hemos crecido en esa misma cantidad. Más que nunca ahora tenemos que tener presentes las palabras de Gandhi  «La tierra es suficiente para todos pero no para la voracidad de los consumidores.» Igual que en una casa donde antes vivía una persona y ahora viven diez hay que cambiar la forma en que se organiza la vida en su interior, también la humanidad tiene que adaptar su crecimiento a los recursos del planeta. Actuar como si esto no fuera así, como si pudiéramos mantener el mismo ritmo de vida y consumo ahora que hace sesenta años cuando eramos cinco mil millones menos de habitantes no es sólo ilógico y contra el sentido común,es suicida (imagen procedente de http://ieslamadraza.com )
En 1898 el escritor británico Herbert George Wells(1866-1946) publicaba una de las novelas de ciencia ficción más conocidas «La Guerra de los Mundos», en la que describía la invasión de la Tierra por seres extraterrestres. Nada parecía detenerles y la humanidad caminaba hacia su destrucción, pero un enemigo invisible , el más humilde de todos, acaba con los invasores, las bacterias. Es ficción pero es un reflejo de lo que quiero contaros en este artículo, la importancia que tienen algunos seres vivos de pequeño tamaño que nos pasan desapercibidos, a los que apenas prestamos atención, pero de los que, sin que casi seamos conscientes de ello, depende nuestro bienestar, nuestra forma de vivir e incluso la supervivencia de muchos otros seres vivos. Son dos casos que han llamado mi atención en estos últimos meses, pero podrían citarse muchos otros, son síntomas de una enfermedad que si no es tratada a tiempo no tardaremos en padecer sus consecuencias y no se trata de catastrofismo, sino de actuar cuando aún se está a tiempo.
Os quiero presentar al Trachurus Murphyi, un nombre que no os dirá mucho, quizás algo más si os digo que se trata del nombre científico del Jurel del Pacífico Sur o Jurel chileno , un pez pelágico, es decir, que se encuentra más allá de los doscientos metros hasta los que se extiende la plataforma continental, y con unas dimensiones modestas, que no suele superar los sesenta centímetros de longitud . Se encuentra distribuido a lo largo de la costa americana desde Chile hasta Ecuador y en profundidades de hasta 300 metros . Se reproduce durante todo el año, aunque la época principal se concentra entre los meses de octubre y enero, cuando se alejan más de la costa para desovar. Hasta ahora ha sido un pescado no muy apreciado en las pescaderías, de bajo precio aunque con un alto contenido en proteínas. En el país donde escribo, España, no es muy consumido, pero si lo es en naciones como Chile, Perú o Estados Unidos. Pero la importancia del jurel está más que en su consumo directo en su transformación en harina de pescado dirigida a la acuicultura y a las granjas de cerdos, es decir, a su uso como pienso.
En este mapa podemos ver señalado en rojo la zona donde se hayan distribuido las principales poblaciones de jurel del Pacífico Sur o  jurel Chileno. Este pez, al que los científicos califican como pez pasto ya que sirve de alimento a otros muchos depredadores de mayor tamaño hallándose en la base de la pirámide alimenticia, además de para su consumo humano directo es muy importante para la elaboración de harinas de pescado que se obtienen eliminando del jurel el agua y el aceite. De esta forma hasta un 80% de su contenido son proteínas y grasa digerible con un contenido energético superior al que proporcionan otras proteínas de origen animal o vegetal pues se encuentra mucho más concentrada y son de alta calidad, imprescindibles para el engorde y crecimiento del ganado y también juegan un papel importante en la alimentación de muchos países africanos. Los principales productores de estas harinas de pescado son Perú y Chile y la materia prima con la que se elabora es, principalmente , el jurel. Las consecuencias de su desaparición afectaría a otras especies marinas, a la ganadería y a los seres humanos (imagen procedente de http://tintorero-wwwartesdepesca.blogspot.com )
Sólo en España en el año 2010 , según datos aportados por la página del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que acaba de publicar un informe sobre este tema que podéis consultar en http://www.iwatchnews.org/node/79007  y en el que se basan los datos que incluyo en este artículo junto con otro publicado en el periódico español «El Mundo» por Mar Cabra y Mort Rosenblum , se importaron 52.000 toneladas de jureles destinados a convertirse en pienso. Cuando hablamos de las piscifactorías como una solución a la progesiva escasez de pescado en el mar olvidamos que los peces que se crían en estas granjas tienen que ser alimentados y ,a modo de ejemplo, para producir un kilo de salmón es necesario emplear cinco kilos de jurel convertidos en harina para su alimentación y engorde. Esta misma harina de pescado es consumida directamente en muchos países de África, que la tienen como uno de los elementos básicos de su dieta alimenticia.  Pero además el jurel es lo que los científicos llaman un pez pasto, es decir, una fuente de alimento para otros peces de mayor tamaño, una de las piezas que se encuentra en la base de la pirámide a la que antes me refería.
Esta primera semana de febrero, cuando escribo este artículo, se reunirán en Santiago de Chile  representantes de veinte naciones en un encuentro organizado por la South Pacific Regional Fisheries Management Organisation(SPRFMO) u Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur , una organización que fue creada en el año 2006 por Australia, Nueva Zelanda y Chile y cuyo objetivo principal es proteger y conservar la especies marinas del Pacífico Sur y su explotación sostenible,en definitiva y hablando con llaneza, evitar la extinción de su vida marina. Hace casi un año comentaba en el Mentidero un informe de la   Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO) publicado en el año 2009  y en el que se advertía de la rápida decadencia de nuestros océanos, donde un 80% de los caladeros tradicionales se hallan sobreexplotados, el 91% de las especies comerciales había visto reducido su número a la mitad y entre las de consumo más habitual han entrado en colapso un 29%, lo que significa que su número en estos momentos es inferior al 10% de su población original y , por lo tanto, están abocados a la extinción. En el Mar del Norte apenas quedan ejemplares de cualquier especie que superen los 3 kilos de peso, en el Golfo de Vizcaya, donde ya casi ha desaparecido la anchoa, siguen el mismo camino otras especies como los langostinos, las merluzas y los gallos, en España el pulpo ha disminuido un 40% , los atúnidos están sobreexplotados en un 30% de sus diferentes especies , los tiburones en un 60% de sus especies también se hallan sobreexplotados.
Así podéis ver el tamaño de nuestro protagonista , el jurel del Pacífico Sur, del que durante la década de los años ochenta se calculaba que había una biomasa de hasta treinta millones de toneladas en la actualidad se estima que no habrá más de tres millones de toneladas  y sigue descendiendo cada vez a mayor velocidad. Al reducirse el número de individuos también lo hace el número de las nuevas generaciones y alcanzado un determinado límite, incluso aunque se abandonara su pesca la población ya no se recuperaría. Algo que ya ha sucedido con otras especies como el bacalao o el atún rojo. Aún no parece que se haya llegado a ese limite pero de seguir en la línea marcada por la industria pesquera, que no tiene otra política que la de explotar los bancos hasta su completa extinción para dirigirse al siguiente , el destino del jurel será el mismo que el de otras especies que ya han desaparecido. El problema es que es una de las últimas grandes pesquerías que aún existen, ¿qué pasará cuando se extinga?. Gerard van Balsfoot, presidente de la Asociación de Grandes Arrastreros Congeladores de Pelágicos reconoce «Pescamos demasiado. Toda la flota tiene que sentirse culpable de ello» Pero con reconocerlo no lograremos salvar al jurel de su extinción ni evitaremos las consecuencias negativas que ello tendrá (http://www.efeverde.com ) 
Desde la creación del SPRFMO uno de sus objetivos ha sido proteger al jurel de la sobreexplotación y para ello se establecieron una serie de artículos que regulaban su pesca pero, como suele suceder con los organismos internacionales, las buenas intenciones chocaban con los intereses económicos, y después de cuatro años de discusiones entre las naciones miembros del SPRFMO, sólo seis naciones han ratificado este acuerdo de protección y son necesarias al menos la firma de ocho naciones para que entre en vigor. Curiosamente Chile, una de las naciones que impulsó la creación de esta organización para la protección de la pesca en el Pacífico Sur, se encuentra entre las naciones que aún no han firmado el acuerdo. Aprovechando el vacío legal , flotas pesqueras procedentes de todas las partes del mundo se han dirigido hacia el Pacífico Sur para explotar uno de los últimos grandes bancos de peces que quedan en nuestros océanos. Y en apenas unos años se han concentrado en estas aguas algunos de los mayores barcos arrastreros del mundo , los mismos que han arrasado hasta la extinción otros océanos.
Permitidme ahora que me detenga un momento en los efectos de la pesca de arrastre, que es descrita así por el biólogo español Sergio Rossi(1969) en su obra «El planeta azul. Un Universo en extinción» editado en 2011 donde nos pide que imaginemos un bosque  «En los árboles , ardillas, pájaros y lirones buscan alimento mientras otros animales merodean entre los troncos. No muy lejos, en el prado, las aves picotean el suelo rico en vida. De repente, una plancha de hierro de más de cien metros de altura cae del cielo , seguida por otra a unos quinientos metros de distancia. Las planchas están conectadas por un cable de acero que lleva sujeta una inmensa red de arrastre. Las planchas se mueven, y los animales, primero desconcertados y después aterrorizados, huyen como pueden . La red se lleva por delante todo lo que encuentra , ciervos , jabalíes. Es lo que venía a buscar, pero, de paso, se lleva también el bosque entero. Cuando la máquina desaparece , tras muchos kilómetros de arrastre, no queda nada intacto. Se ha destruido el bosque para apresar a unos cuantos ciervos y jabalíes.» Esta es la imagen que utiliza Sergio Rossi para que comprendamos el efecto de las redes de arrastre , que no se limitan a capturar los peces que buscan, sino que atrapan en ellas a todo tipo de especies de marinas y , al tiempo, destroza el fondo marino, arranca los campos de algas y arrasa los corales.
DOCUMENTAL «MADRE MAR» SOBRE LA SITUACIÓN DE LA VIDA MARINA EN LA COSTA DE PERÚ
Lo que fue un mar lleno de vida se está convirtiendo en un desierto donde las principales especies marinas están colapsando. La contaminación y la sobreexplotación están acabando con la diversidad biológica de estas aguas, la zona que es la principal exportadora de harina de pescado del mundo  junto con Chile

 

Se calcula que cada año son barridos de esta forma 15 millones de kilómetros cuadrados , alterando todo el ecosistema marino e impidiendo su regeneración, ya que estos barridos son repetidos en el tiempo. Así lo describe en esta misma obra Franziska Althaus del Wealth from Ocean Flagship  después de estudiar los efectos de la pesca de arrastre sobre las superficies coralinas alrededor de Nueva Zelanda «En ellos, durante las últimas tres décadas los arrastreros han estado trabajando de forma continua buscando lo que ya no encuentran en la plataforma continental: pesca rentable. Comprobamos el estado de las comunidades de corales, gorgonias y esponjas de esos promontorios y nos dimos cuenta de que, en algunos casos, casi el ciento por ciento de los organismos estaban triturados, barridos o sepultados. Tras cinco años sin ningún  tipo de actividad por parte de los arrastreros , no detectamos en las zonas sometidas a veda el más mínimo indicio de recuperación». Pero además de arrasar el fondo marino, la pesca de arrastre tiene otro efecto indeseado, el llamado «by-catch», que podríamos traducir como «descartes» en castellano y que hace referencia a todas aquellas capturas que no tienen interés económico y son devueltas al mar
En este sentido se estima que hasta un tercio de todo lo que se pesca en el mundo con el sistema de arrastre es considerado by-catch como recoge Sergio Rossi en su libro «En algunos lugares la pesca industrial , tanto la dedicada al pescado como la que se centra en la captura de crustáceos , puede alcanzar entre un 60 y un 80 por ciento de by-catch. En el caso de los invertebrados que no sean moluscos ni crustáceos, las especies descartadas representan el 96 por ciento , es decir , la práctica totalidad.» Y lo malo de estos descartes es que los individuos devueltos al mar suelen hallarse en tan mal estado que no tienen posibilidades de sobrevivir, por lo que millones de seres vivos simplemente mueren para nada. Este tipo de pesca ha puesto a decenas de especies al borde de la extinción, ya que impide su recuperación, atrapa en sus enormes redes a todo tipo de ejemplares de diferentes especies, edades y tamaños y destruye el fondo marino. Y estos enormes arrastreros ahora han encontrado un nuevo caladero, el Pacífico Sur, y una última víctima, el jurel.
En la imagen el Annelies Ilena, de bandera holandesa, el que hasta hace apenas cuatro años era el barco pesquero más grande del mundo y que ahora es acompañado en las aguas del Pacífico Sur, frente a las costas de Chile y Perú por el antiguo petrolero «Lafayette»,que navega bajo pabellón ruso  ahora transformado en un gigantesco buque factoría que desplaza 50.000 toneladas y que si trabajara a pleno rendimiento durante todo el año podría procesar 547.000 toneladas de jureles. Según los expertos de la SPRFMO cuotas de pesca anual por encima de las 520.000 toneladas no son sostenibles y el Instituto de Fomento Pesquero de Chile considera que el límite más seguro para lograr la conservación del jurel sería de 250.000 toneladas. Sólo el Lafayette podría albergar en sus bodegas el doble de esa cantidad y sus armadores, que invirtieron cien millones en su transformación, querrán hacer rentable ese gasto así que sólo un acuerdo entre las naciones puede evitar que la sobreexplotación continúe (imagen procedente de http://www.marinetraffic.com )
En el año 2010 el SPFRMO, impotente ante la falta de acuerdo entre las naciones que la integran, contabilizaba 75 embarcaciones de arrastre faenando en las aguas de Chile, Perú y Ecuador dedicadas a la captura del jurel , entre ellos el que hasta ese momento era el mayor pesquero del mundo, el «Atlantic Dawn» , que ha cambiado su nombre por «Annelies Ilena», construido en astilleros irlandeses pero que faena bajo bandera holandesa para la empresa Parlevliet&Van der Plas . Este buque  de 144 metros de eslora, la eslora es la longitud del barco, desplaza 11.500 toneladas y utiliza redes cuya boca llega a superar los 25 por ochenta metros de abertura . Pero poco después entraría en escena otro gigante de los mares , el buque factoría «Lafayette», con una eslora de 229 metros y un peso de 50.000 toneladas . Esta nave era un antiguo petrolero que fue reconvertido por la empresa Hong Kong Pacific Andes International Holding, una de las más importantes del sector a nivel mundial, en un enorme buque factoría , invirtiendo en ello más de cien millones de dólares. Por supuesto, esta inversión había que rentabilizarla, y a ello se está dedicando el «Lafayette» en las aguas del Pacífico Sur, llenando sus inmensas bodegas con los jureles capturados por la flota de arrastre que faena en aquellas aguas. Su capacidad de procesamiento si trabajara de forma ininterrumpida durante todos los días del años sería de 547.000 toneladas anuales.
En 1971, la biomasa del jurel en la costa peruana y chilena se calculaba en algo menos de 15 millones de toneladas . Antes del comienzo de la pesca de arrastre se incremento su biomasa que alcanzaría un pico entre los años 1987 y 1989, en los que se de 30 millones de toneladas, pero a partir de entonces el declive en las capturas ha sido imparable y cada vez más acusado. En lo que se refiere a la flota que pesca bajo pabellones de la Unión Europea en 2009 capturaron 111.000 toneladas de jureles pero en el año 2011 apenas alcanzaron las 2.261 toneladas. A nivel general, de los 30 millones de toneladas de jureles que se estimaba que existían a finales de los años ochenta  se ha pasado a menos de tres millones en el 2011. En apenas cinco años, del 2006 al 2011 los científicos calculan que la población del jurel se ha reducido en un 63%. En el artículo publicado por el ICJ al que estoy haciendo referencia se recogen estas declaraciones del oceanógrafo de la Universidad de Columbia, Daniel Pauly «Este es como el último de los bisontes. Cuando se haya ido , entonces todo lo demás habrá desaparecido con él. Marcará el final de los territorios conquistados»
En este diagrama vemos la evolución del jurel del Pacífico Sur desde 1971 hasta el año 2011. Si os fijáis en la linea negra que señala la biomasa total, la cantidad de jureles que existía en la costa, vemos como después de un pico de 30 millones de toneladas en los años ochenta, comenzó a descender con leves repuntes a comienzos del siglo XXI para hallarse ahora en menos de tres millones de toneladas mientras las capturas, a pesar de utilizar los más modernos sistemas de pesca y barcos de grandes dimensiones, también está cayendo, lo que anuncia un no muy lejano colapso de su población si antes no se reduce el número de capturas y no hay mucho tiempo para ello, y no sólo para el jurel, tampoco para nosotros ya que nos veremos afectados por ello  (imagen procedente de http://malcomallison.lamula.pe )
Si pudiéramos ver el fondo marino como vemos la superficie de la tierra seguramente impediríamos esta destrucción, pero permanece oculto a nuestros ojos. Si traemos a la mente la imagen de ese inmenso arado que arrasa bosques enteros para capturar a unos pocos animales convirtiendo todo en un desierto podríamos tomar conciencia de lo que está pasando. No se trata de prohibir la pesca, pero si de controlarla y de hacerla sostenible, porque si es cierto que hay que alimentar a siete mil millones de personas y que la industria pesquera tiene que tener beneficios, no es menos cierto que si no hay peces ni habrá industria pesquera ni habrá forma de alimentar a centeneras de millones de personas en todo el planeta. Uno de los pescadores que regresa cada día con menos pesca en su bodega dice al periodista de «El Mundo», «Se está acabando muy rápido, tenemos que pescar lo máximo posible antes de que se agote» y cuando el periodista le pregunta que hará su hijo cuando ya no haya jureles , responde «Tendrá que buscar otra cosa». ¿Que será del hijo de este pescador , que será de nosotros y de las futuras generaciones cuando , de seguir por este camino, hayamos convertido el océano en un desierto?
En 1854 el jefe Seattle(1786-1866), líder de las tribus Suquamish y Duwamish, asentada  en el actual estado de Washington en Estados Unidos , pronunciaba un discurso conocido como » Respuesta del Jefe Seattle»  en el que respondía a una oferta de compra de tierras realizada por el gobernador del estado Isaac Ingalls Stevens(1818-1862). Aunque hoy  es discutida la precisión con el que este discurso fue recogido por Henry A. Smith , que lo publicaría tres décadas después de ser pronunciado  en el periódico Seattle Sunday Star en 1887, no me importa tanto la precisión con la que Smith recogió sus palabras y las recordó treinta años más tarde ,como el contenido de la misma, una de las más hermosas declaraciones de amor a la Tierra y a la Naturaleza que ha sido hecha nunca . En ella el Jefe Seattle decía «¿Qué es el hombre sin animales? Si todos los animales desaparecieran el hombre también moriría en la soledad de su espíritu. Lo que le suceda a los animales tarde o temprano le sucederá también al hombre. Todas las cosas están estrechamente unidas. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la Tierra es su madre. Lo que le ocurre a la Tierra también le ocurre a los hijos de la Tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.Nosotros sabemos que la tierra no pertenece al hombre, que es el hombre el que pertenece a la Tierra. Lo sabemos muy bien, Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. El hombre no creó la trama de la vida, es sólo una fibra de la misma. Lo que haga con ese ese tejido, se lo hace a si mismo»
DISCURSO DEL JEFE INDIO SEATTLE EN 1854
 
Es la grabación del contenido del discurso del Jefe Indio Seattle. Un mensaje que, por desgracia, sigue hoy tan vigente como cuando lo pronunció en 1854  
Seattle en el siglo XIX como Lovelock en el XX  han sabido ver como la Tierra es un todo, donde cada uno de nosotros influye en el equilibrio de la vida y lo que le sucede a uno le sucede a todos. El jurel puede parecernos nada más que una especie humilde cuya existencia nos pasa desapercibida, pero cuando desaparezca no será posible remediar su ausencia, no podremos sustituirla con nada y afectará tanto a todas las demás especies que se alimentan de él y que también desaparecerán como a nosotros mismos . Si, como decía Seattle «si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos. El hombre no creó la trama de la vida, es sólo una fibra de la misma . Lo que haga con ese tejido, se lo hace a si mismo» No se cuan alto habrá que gritar para que se oigan las voces de todos los que están advirtiendo sobre lo que va a suceder ante la sordera y la indiferencia general, pero no deberíamos olvidar nunca esta profecía india «Solo después de que el último árbol sea cortado.Solo después de que el último río sea envenenado.Solo después de que el último pez sea apresado.Solo entonces sabrás que el dinero no se puede comer»  No podemos cansarnos de alzar la voz aunque parezca que nadie escuche, no al menos mientras estemos a tiempo de evitar que  quebremos la fibra que nos une al tejido de la vida

HISTORIA Y EFECTOS DE UNA EXTINCIÓN ANUNCIADA.LA SOBREEXPLOTACION DE LOS OCÉANOS

Josef Stalin(1878-1953), un de los monstruos que gobernaron los destinos de millones de seres humanos durante el sangriento siglo XX junto a otros monstruos de su misma calaña como Adolf Hitler(1889-1945), Mao Zhedong(1893-1976) o Pol Pot(1925-1998) por poner sólo unos ejemplos de una lista demasiado larga, dijo o al menos se le atribuye una frase que demuestra su cinismo pero también una realidad de la psicología humana «Un muerto es una tragedia. Un millón de muertos es una estadística». Estas terribles palabras me sirven de inicio para este artículo que no tratará sobre los crímenes contra la humanidad cometidos por estos personajes que he mencionado más arriba, sino para otro tipo de exterminio, uno silencioso, donde las víctimas no pueden gritar porque no tienen voz para hacerlo, una auténtica política de aniquilación de la que sólo nos daremos cuenta el día en que entremos en un mercado y no encontremos la merluza, los calamares , el bacalao o el atún que constituía parte de nuestra dieta habitual.
El 9 de marzo pasado escribí un artículo comentando un informe publicado por la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO) , esos que suelen pasar desapercibidos y apenas merecen unas lineas en los periódicos y , con suerte, unos minutos en algún informativo de televisión, que rápidamente es olvidado sepultado por la acumulación de noticias y la falta de tiempo para reflexionar sobre ellas que caracterizan nuestra actual sociedad. Además hay problemas más urgentes que reclaman nuestra atención, casi todos ellos relacionados con la economía . Pero si la economía es esencial en el desarrollo de nuestro mundo, hay otros aspectos del mundo que son básicos para nuestra propia supervivencia como especie . ¿Tanto cuesta aceptar que los recursos naturales del planeta no son infinitos y que los estamos agotando a una velocidad que hace imposible su regeneración? Hemos roto el equilibrio del sistema, no ahora, sino desde hace milenios, desde el mismo momento en que nos asentamos y empezamos a desarrollar sociedades, pero el crecimiento desmedido de los dos últimos siglos ha impedido que los sistemas naturales se adapten a los cambios y a la presión humana.

DOCUMENTAL SOBRE LA EXPLOTACIÓN PESQUERA Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE NUESTROS OCÉANOS  (parte 1, 2  el resto a lo largo del artículo y al final)

En este informe , escribía hace dos meses , se avisaba de la rápida decadencia de nuestros océanos, donde un 80% de los caladeros tradicionales se hallan sobreexplotados, el 91% de las especies comerciales ha visto reducido su número a la mitad y entre las de consumo más habitual han entrado en colapso un 29%, lo que significa que su número en estos momentos es inferior al 10% de su población original y , por lo tanto, están abocados a la extinción. En el Mar del Norte apenas quedan ejemplares de cualquier especie que superen los 3 kilos de peso, en el Golfo de Vizcaya, donde ya casi ha desaparecido la anchoa, siguen el mismo camino otras especies como los langostinos, las merluzas y los gallos, en España el pulpo ha disminuido un 40% , los atúnidos están sobreexplotados en un 30% de sus diferentes especies , los tiburones en un 60% de sus especies también se hallan sobreexplotados.
Pero parece que cuando decimos estas cifras así es igual que cuando en un terremoto o en cualquier otra catástrofe se habla de medio millón de muertos. Sí, decimos «que pena, que tragedia» pero en realidad no nos afecta emocionalmente porque ese medio millón de seres humanos es para nosotros una abstracción, no les ponemos rostro a las víctimas, no conocemos su nombre, no sabemos a que se dedicaban, no hemos oído sus voces ni nos han contado sus sueños y esperanzas, todo aquello que forma parte de la vida de una persona y que sin ella se convierte en nada más que un número en una estadística, cumpliendo las palabras de Stalin de que «una muerte es una tragedia y un millón de muertes una estadística». Yo lo comparo con esas películas de acción donde vemos morir a montones de personas con absoluta indiferencia, pero cuando se trata de uno de los protagonistas, del que ya conocemos su biografía a través del argumento de la película que nos lo ha ido descubriendo, entonces llegamos incluso a llorar aun sabiendo que es una ficción, porque ya no se trata de un personaje abstracto, sino de alguien concreto y cuya desaparición hace nacer en nosotros un sentimiento de perdida.

El bacalao, cuyo nombre parece proceder del euskera  bakailao, y éste a su vez del neerlandés bakeljauw,fue una especie explotada por los marineros vascos desde al menos el siglo XV y quizás ya desde el siglo XIII, siendo tan abundante que testimonios de la época como el que recojo en el artículo de Bartholomew Gosnold, bastaba con introducir una cesta en el agua para sacarla llena de bacalaos. Los más grandes alcanzaban los dos metros de longitud y hasta los 100 kilos de peso (imagen procedente de http://paisajesrias.blogspot.com )
Por eso, en vez de hablar de estadísticas a nivel mundial, de gráficos que marcan las curvas descendentes de las poblaciones de las diferentes especies de peces de nuestros océanos, de la disminución constante de la producción pesquera en las últimas décadas, voy a elegir a un protagonista de esta historia, una entre muchas especies en peligro, para que así podamos conocer mejor el drama que esta desarrollándose en ese inmenso mundo azul que nos es practicamente desconocido. Y lo haré ayudándome por un libro que os recomiendo si queréis conocer la situación real a la que tendremos que enfrentarnos en los próximos años y décadas en los mares de la Tierra, el libro «El planeta azul. Un universo en extinción» del biólogo e investigador español Sergio Rossi(1969),quién durante 15 años ha estado trabajando en el Instituto de Ciencias del Mar(CSIC) y ha participado en expediciones científicas por todo el planeta.
Nuestro protagonista será el bacalao y lo primero que tenemos que hacer es conocerle un poco, como cuando en una novela nos describen a los personajes. El bacalao es un pez bentónico, palabra procedente del latín que significa «fondo marino» y que se utiliza para designar a todos los organismos que habitan en el fondo del mar, a diferentes profundidades. Por ejemplo, el coral es un organismo bentónico así como las estrellas de mar, las ostras o las almejas y el bacalao es un pez bentónico porque vive pegado a los fondos marinos alimentándose de peces, crustáceos y todo aquello que quepa en su boca que mantienen abierta como una aspiradora y pegada al fondo. De carne blanca y con un alto contenido en proteínas , que puede alcanzar el 80%, muchos pescadores a lo largo de los siglos lo han considerado como una especie de «cerdo marino» , ya que al igual que el terrestre del bacalao se aprovecha todo. Viven en zonas no demasiado profundas, entre los 30 y los 100 metros de profundidad, aunque pueden descender hasta más de 600 metros de profundidad.

«El planeta azul. Un universo en extinción» del biólogo español Sergio Rossi me ha servido de fuente de información para este artículo pero la obra de Rossi contiene una gran cantidad de datos que demuestran el estado de agotamiento de nuestros océanos y algo que no es tan evidente, las consecuencias para el ecosistema de la desaparición de cada especie, pues no es sólo que se extinga y ya no dispongamos de ella sino que tiene consecuencias sobre otras muchas especies y sus efectos llegan a afectar al calentamiento terrestre , como comento brevemente al final del artículo. Pero a pesar de todos los avisos seguimos actuando de la misma forma y sólo nos detenemos cuando las especies se hayan al borde del colapso como sucede con el bacalao o en un caso mucho más grave con el atún rojo (fotografía procedente de   http://www.culturanatura.com )
Tienen un gran tamaño, con ejemplares que pueden o podían , pues ahora ya es difícil hallarlos con ese tamaño, superar los dos metros de longitud y con una gran fecundidad, pues una hembra de un tamaño de un metro ya es capaz de dejar tres millones de huevos y las de mayor tamaño alcanzan hasta los nueve millones de huevos.En cuanto a su peso,los de talla superior pueden sobrepasar los cien kilos de peso  Los encontramos en aguas frías como las del Mar del Norte, Terranova o la costa este norteamericana  y por ello no formó parte de la dieta en la época del Imperio Romano e inicios de la Edad Media pues los barcos no alcanzaban esas latitudes para pescar. Serían probablemente los vikingos los primeros en pescarlos y comercializarlos , cuando hacia el año 1000 las expediciones de Eric el Rojo y su hijo Leif Ericsson,  de las que ya he hablado en el Mentidero, navegaron por aguas de Groenlandia y Terranova .
Pero casi con toda seguridad los primeros en dedicarse a su pesca organizada y su comercio en Europa fueron los pescadores vascos. Estos habrían llegado a la costa americana , a las aguas de Terranova, en una fecha tan temprana como el siglo XIII, dos siglos antes que lo hiciera Cristóbal Colón, aunque sus intenciones no eran los descubrimientos geográficos sino la pesca de la ballena y junto a ellas encontraron los inmensos bancos de bacalao. Aunque no hay documentación escrita de esta actividad, ya que practicaban la pesca de forma casi secreta para que nadie fuera a a arrebatarles el filón que habían hallado, si sabemos que en los escudos de las localidades de Lekeitio o Zarautz se incluía la figura de las ballenas y en tiempos del rey Alfonso VIII de Castilla (1155-1214) se entregaba a la Orden de Santiago una ballena capturada por pescadores de la población guipuzcoana de Motrico .

Mapa de Viladestes realizado por el cartógrafo mallorquín Maciá Viladestes de 1413-14 donde aparece representada Europa África, hasta Guinea ,y Asia junto a las isla Canarias y de Cabo Verde . Sin embargo, según historiadores como Enrique de Gandía lo que se consideraba que era costa de Asia en realidad era la costa americana ,como sucede también con el Mapa de Andrea Biando de 1436. Los marineros vascos habían llegado hasta sus costas persiguiendo las ballenas y se encontraron con los grandes caladeros de Terranova y la costa este de Norteamerica al menos un siglo antes de Cólon y probablemente desde el siglo XIII (imagen procedente de http://valdeperrillos.com )

El historiador argentino Enrique de Gandía(1906-2000) describe en su libro «Primeros navegantes vascos» a estos » como los más osados de la Edad Media y los primeros que llegaron a las costas de Terranova antes de 1436″ habiendo recorrido Islandia, las costas de América que aparecerían en el conocido como Mapa de Viladestes de 1414 realizado por el cartógrafo mallorquín Macia Viladestes y conservado en la actualidad en la Biblioteca Nacional de París, y Terranova, a la que los pescadores vascos llamaban Stokafixe(bacalao en euskera) la cual aparece cartografiada en el Mapa de Andrea Biando de 1436 junto a lo que muchos afirman que sería la costa de Florida. Lo cierto es que nadie sabía de donde procedía el bacalao que traían en tanta abundancia los pescadores vascos pero todo cambió a finales del siglo XV. En el libro «El planeta azul» Sergio Rossi afirma que Colón habría recibido una carta antes de zarpar donde se le informaba que ya había gente allí a donde quería ir, pero Colón la habría ignorado. Los pescadores vascos debían hallarse preocupados porque su secreto fuera descubierto y otros vinieran a disputarles el lucrativo negocio del bacalao .
El navegante y explorador francés Jacques Cartier(1491-1557) realizó tres viajes a América durante la primera mitad del siglo XVI, y en uno de ellos en 1534 habría descubierto el río San Lorenzo y explorado el Golfo del mismo nombre situado entre la isla de Terranova y la Península del Labrador en el actual Canadá , pero si eso es lo que encontramos en las enciclopedias lo cierto es que el propio Jacques Cartier encontró allí a cientos de barcos de pesca vascos dedicados a la pesca del bacalao. Para conservarlo en la larga travesía de regreso a Europa, los pescadores vascos utilizaban sal, algo que los vikingos desconocían, y seguirían dominando la pesca en esta zona hasta el siglo XVIII. La Iglesia sería indirectamente uno de los factores que beneficiaron a los vascos y su comercio del bacalao gracias a la prohibición de comer carne una vez a la semana durante la Edad Media , de forma que el consumo de carne era sustituido en muchos casos por el bacalao.

Archivo:Golfe Saint-Laurent Delimitations-fr.svg
Mapa con los Grandes Lagos , el río San Lorenzo y el Golfo de San Lorenzo rodeado por Terranova y la Península del Labrador, donde se hallaban grandes caladeros de bacalao en los que faenaban cientos de pesqueros vascos cuando en 1534 llegó allí su descubridor oficial, Jacques Cartier . Hasta el siglo XVIII seguirían faenando en esta zona . Cristobal Colón habría recibiddo una carta antes de zarpar donde le informaron que allí donde pensaba ir ya había españoles , los marineros vascos Continuarían pescando hasta el siglo XVIII , cuando la firma del tratado de Utrecht de 1713 con la que se ponía final a la Guerra de Sucesión por la corona española , España tuvo que hacer concesiones a Inglaterra y se pusieron restricciones y obstáculos para los pescadores vascos . Francis Bacon diría que  las pesquerías de bacalao son más provechosas para España que todas las minas de Perú».
De los beneficios que reportaba esta pesca da cuenta el filósofo y político ingles Francis Bacon(1561-1626) quién escribió «las pesquerías de bacalao son más provechosas para España que todas las minas de Perú». Aquellos caladeros parecían inagotables como lo certifican las palabras de otro explorador inglés , Bartholomew Gosnold(1572-1607), escribe en su diario en 1601 durante su exploración de la costa americana a la altura del Cabo Cod, en el actual estado de Massachusetts, como había descubierto un lugar donde el bacalao «podía sacarse sumergiendo una cesta con un peso». Los barcos casi tropezaban con los bancos de bacalao al navegar, aquellas aguas hervían de vida. Se calcula que sólo en esta zona de la costa americana habría unos siete millones de toneladas de bacalao , por lo que su pesca con los medios de entonces apenas representaría un 5% de su población anual , lo que permitiría que al año siguiente esta ya se hubiera recuperado. Podríamos decir que era una pesca sostenible, hablando en términos actuales.
Pero si era sostenible no era por una conciencia de conservar los caladeros, conciencia que no existía, sino porque la población no había crecido y los medios empleados aún eran manuales, no se había introducido ninguna innovación tecnológica en la forma de pescarlos. Pero en los siglos siguientes la población se fue incrementando y con ella la presión sobre los caladeros, porque el bacalao ya se había convertido en elemento básico tanto en Europa como en América. Sin embargo las poblaciones de bacalao parecían mantenerse estables a pesar de una ligera  bajada en el nivel de capturas durante el siglo XIX  consecuencia probablemente del cambio de temperatura provocado por la conocida como Pequeña Edad del Hielo .He hablado de ella en alguna ocasión, y se refiere a un periodo más frío que sucedió a otro más cálido y llamado Óptimo Climático Medieval entre los siglos X y XV con un aumento de las temperaturas en la zona sobre todo del Atlántico Norte.

DOCUMENTAL SOBRE LA EXPLOTACIÓN PESQUERA Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE NUESTROS OCÉANOS (parte 3,4  el resto a lo largo del articulo y al final  )

La Pequeña Edad del Hielo se habría prolongado desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del siglo XIX , aunque con tres periodos particularmente fríos hacia 1650, 1770 y el último alrededor de 1850. Este último habría provocado el descenso de capturas de  bacalao  comprobado en aquellos años aunque en ningún momento preocupó esta situación, como lo demuestran las palabras del ministro canadiense de Agricultura en 1885 recogidas por Sergio Rossi en su libro » A pesar de la caída sufrida estos últimos años , nuestros caladeros serán fértiles e inagotables durante los próximos siglos» Se continuaba pensando que se podrían sacar bacalaos indefinidamente aunque ya por entonces escaseaban aquellos grandes piezas de dos metros habituales tiempo atrás. Y así llegamos al siglo XX y la introducción de un nuevo sistema de pesca , la pesca de arrastre.
La pesca de arrastre consiste en el uso de una red lastrada que barre el fondo del mar capturando todo , sin distinción de especies al tiempo que devasta el fondo marino. No se trataba de un invento moderno, ya se practicaba desde la Edad Media, pero si era nuevo su uso con barcos movidos por vapor y el incremento de la velocidad de las embarcaciones y de su tamaño. En un principio había sido rechazada por los pescadores, apegados a sus tradiciones, pero al darse cuenta de como aumentaban los rendimientos de las pesquerias no tardaron en adaptarlo de forma mayoritaria . Cientos o miles de barcos empezaron a recorrer con sus enormes redes las costas y en el año 1929 se alcanzó la cifra récord de capturas de 129.000 toneladas. Ya hubo avisos en estos años que denunciaban la progresiva desaparición del bacalao de las costas de Gran Bretaña, pero como suele suceder y vemos hoy con el cambio climático, fueron descalificados por alarmistas y nadie hizo caso.

El inicio de la pesca empleando la técnica de arrastre, a lo que se unió primero la navegación a vapor y luego con motores diesel, más las camaras de congelación donde se podían mantener mucho más tiempo el bacalao en buenas condiciones que sólo con la sal permitió ampliar las capturas hasta alcanzar el record de 129.000 toneladas en el año 1929. A partir de entonces no se volverian a alcanzar esos número. Además, la técnica de arrastre es la más destructiva , pues atrapa a todo tipo de especies y deja destrozado el fondo marino  (imagen procedente de http://www.concienciaeco.com )
La población siguió creciendo y de los 310 millones de habitantes a nivel mundial en el año 1000, se pasaba a los 975 millones en 1800 y alcanzaba los 1650 millones en 1900, y cuanta más población , más necesidades, más consumo y , por lo tanto, más capturas. Se seguía manteniendo la idea de que los recursos del mar eran inagotables y al mismo tiempo que se aumentaban las flotas pesqueras, cuando se agotaba un caladero simplemente se buscaba otro para esquilmarlo y a por el siguiente. Nuevos avances tecnológicos se incorporaron a la pesca, dotando a los barcos de motores diesel y de congeladores, con lo que podían permanecer mucho más tiempo pescando . En 1934, cinco años después del récord de capturas de 1929, cuando, como vimos, en los caladeros frente a la costa americana se habían alcanzado las 129.000 toneladas, descendían las capturas a 28.000 toneladas, un descenso de 100.000 toneladas.
La población mundial continúa incrementándose, 2.518 millones en 1950 y ya 4068 millones en 1975. Al mismo ritmo crecen las flotas pesqueras, como por ejemplo la Unión Soviética, que en 1965 contaba sólo en la zona de George Banks frente a la costa americana con más de 500 buques arrastreros y unas capturas de 872.000 toneladas de todo tipo de pescados, y eso sólo hablando de la flota soviética. Las redes de arrastre no dejaban escapar a ninguna especie , aunque muchos de los espécimenes capturados no se podían comercializar por su tamaño . En la zona del Mar del Norte a comienzos de los años setenta los caladeros estaban casi agotados, los  bacalaos eran más pequeños y menos fértiles , mientras que los más grandes y los que ponían un mayor número de huevos, vimos que hasta 9 millones los ejemplares de dos metros, habían desaparecido.

Estadistica de la FAO hasta el año 2000. La leyenda viene en inglés, el bacalao es Cods, por lo tanto la que tiene el color azul claro y donde podemos comprobar la caida de sus capturas a partir de los años noventa. En 1992 se estableció una moratoria en los caladeros más amenazados pero a pesar de ello dos décadas después no se ha logrado recuperar su nivel de capturas(imagen procedente de http://www.fishbase.org  ) 
Entonces si se tomaron los gobiernos en serio la advertencia sobre la progresiva disminución de las poblaciones de bacalao . En 1977 se crea la zona de exclusión económica alrededor de las 200 millas de las costas de cada país, pero aunque pudiera parecer una buena medida para evitar la acumulación de flotas pesqueras en una misma zona, lo cierto es que de poco sirvió pues el efecto fue el incremento de las flotas nacionales, como sucedió  en Estados Unidos que de los 825 barcos de 1977 pasaron a los 1400 de 1982.Por esta época las capturas habían descendido a las 22.000 toneladas pero aun así seguían afirmando los expertos que en poco tiempo se recuperarían los caladeros y volverían a poder capturarse hasta 350.000 toneladas. Pero los caladeros no se recuperaron, y no lo hicieron porque se había sobrepasado su capacidad de regeneración, los ejemplares que quedaban eran demasiado pequeños y su reproducción, por lo tanto, también se había visto disminuida.
En 1992 aquellos caladeros donde el bacalao «podía sacarse sumergiendo una cesta con un peso» tuvieron que ser protegidos con una moratoria de su pesca lo que llevó al desempleo a más de 40.000 personas relacionadas con la pesca. Lo más grave es que , aun hoy cuando han transcurrido casi 20 años desde el inicio de la moratoria, los caladeros siguen sin recuperarse , pero no sólo en la costa norteamericana sino a nivel mundial, en algunas zonas ha desaparecido del todo y en otros se encuentra en vías de extinción. Si a eso le añadimos la influencia que el cambio en la temperatura del agua puede tener sobre la población de bacalao , que necesita aguas frías  entre los 0º y los 12º C y el progresivo calentamiento le forzará a abandonar los caladeros tradicionales para buscar aguas más frías y reduciendo el espacio para su desarrollo, puede que el bacalao este perdido para su comercialización durante décadas o siglos.

DOCUMENTAL SOBRE LA EXPLOTACIÓN PESQUERA Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE NUESTROS OCÉANOS(parte 5,6  el resto al final del artículo)

Una historia parecida podríamos contar con otras especies marinas como el erizo de mar, donde en la zona del Caribe desaparecierón un 99% de su población con la gravedad añadida de que los erizos mantenían a raya el crecimiento de las algas que después de su extinción crecer de forma descontrolada y están asfixiando los corales, o las tortugas , de las que se calcula que en el siglo XVI había cerca de 40 millones de ejemplares y ahora sólo quedan unas decenas de miles e igualmente controlaban el crecimiento de las algas . La desaparición de estas especies en el Caribe ha causado que en zonas donde en 1970 no había más de un 4% de la superficie cubierta de algas hubiera más de un 92% en el año 2000, acabando con todo el oxigeno del agua y , por lo tanto, con la vida en la zona que ocupa. Cuando exterminamos a una especie el daño causado no es sólo su extinción, sino el efecto domino que provoca sobre todo el ecosistema , igual que si de un castillo de naipes quitásemos una de las cartas derrumbándose todas las demás.
Es evidente que hay daños que ya no es posible reparar , hemos intervenido y alterado la evolución de muchas especies, otras muchas han desaparecido o sus poblaciones son tan reducidas que durante mucho tiempo su presencia será testimonial. Hoy somos 6.854 millones de habitantes  y no podemos mantener esta presión sobre nuestros océanos o en no demasiado tiempo,menos del que pensamos , nuestras pescaderias estarán vacías y los mares serán inmensos desiertos azules . Seguimos actuando como si los recursos fueran inagotables cuando todas las señales que recibimos del planeta son los del agotamiento de estos recursos. La naturaleza tiene una gran capacidad de regeneración pero para eso hay que dejarla recuperarse, pero me temo que nuestra sociedad no entiende de esperas, de cambios ni sacrificios . Hay que cambiar los habitos de la sociedad de consumo, lo que implica una reforma de la sociedad, de los sistemas económicos y de las formas de gobierno, lo que implica a todos los estamentos .

En la fotografía un ejemplar de tortuga carey. La desaparición de las tortugas en el Caribe , donde apenas quedan unas decenas de miles cuando en el siglo XV su número se calculaba entre los 33 y los 40 millones de ejemplares ha permitido el crecimiento de las algas que amenazan con asficiar los arrecifes de coral. Su captura indiscriminada tanto por su carne como, sobre todo por su caparazón utilizado para fabricar objetos de lujo, no sólo significa la extinción de su especie sino que tiene un efecto domino sobre todo el ecosistema  (imagen procedente de  http://dominicanaclick.blogspot.com )
Espero que al contaros como hemos conducido a una de las especies más abundantes a su práctica extinción comercial os haya ayudado a conocer mejor el daño , que parece invisible pues no vemos los fondos marinos, que estamos haciendo a nuestros océanos, un daño tanto en las especies como climático pues tanto los corales como la vida marina ayudan en el proceso de captura del carbono y la reducción del efecto invernadero. En el inicio del libro «El planeta azul. Un universo en extinción», Sergio Rossi escribe  una frase con la que quiero terminar este artículo, porque define muy bien lo que estamos haciendo a nuestros océanos y a la Tierra en general «Si querías un libro de terror, lee este. El monstruo somos nosotros»

DOCUMENTAL SOBRE LA EXPLOTACIÓN PESQUERA Y LA SITUACIÓN ACTUAL DE NUESTROS OCÉANOS(parte 7 y 8  )