El escritor y jurista romano Marco Tulio Cicerón |
En tiempo de crisis siempre despiertan los fantasmas del nacionalismos, ese nacionalismo que mira mal al diferente, que ve al extranjero como un enemigo que viene a robar, a quitarle lo que es suyo, que anhela aislarse del exterior porque todo lo que viene de fuera es una amenaza.Es un pensamiento primitivo, que no resiste el análisis, pero recordemos que hace 77 años el Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler llegó al poder en una de las naciones más educadas y civilizadas del mundo , Alemania. Quién podía pensar que apenas unos años después millones de personas, por el simple hecho de ser judíos, iban a hallar la muerte.
En la patria de Goethe, de Wagner, de Nietzsche, de algunas de las personalidades más grandes de la historia cultural de Europa, se vivieron los mayores horrores de los que un hombre es capaz. Los alemanes venían de un país arruinado, con cuyos billetes se empapelaban las casas, pues el dinero no valía nada, y aceptaron al Partido Nazi porque les ofreció la salida de la crisis y les devolvió la fe en si mismos. Y para lograr ese bienestar prefirieron cerrar los ojos hacia lo que estaba pasando, prefirieron ser ciegos y mudos. Ese es el peligro de este pensamiento , aparece como un virus aprovechando que el cuerpo se halla débil para atacar a la presa más fácil, en aquella época fue el pueblo judío, en nuestros días son los inmigrantes.
Se que algunos de los que me estén leyendo pensarán que estoy exagerando y que es lógico que la gente reaccione en una época de crisis así , sobre todo cuando en muy poco tiempo han afluido hacia nuestro continente millones de inmigrates de culturas y costumbres diferentes que resultan complicadas de asumir, como todo lo que es nuevo. España es uno de los ejemplos más claros, aquí , hace apenas 20 años ver a un negro era algo exótico y todo el mundo volvía la cabeza para contemplarlo y ,de pronto, casi de un día para otro, barrios enteros de la capital estaban habitados por gentes de otras naciones y fue un cambio que , sobre todo a los más mayores, les costó asimilar.
Adolf Hitler |
Pero España , a pesar de la crisis , creo que ha logrado un buen grado de convivencia y ningún partido racista tiene representación alguna. Pero no es así en el resto de Europa, donde vemos como en Alemania y Austria resurgen los partidos de extrema derecha como el Partido Nacionaldemócrata de Alemania y la Unión del Pueblo Alemán, cuyo principal punto en su programa electoral es la expulsión de los extranjeros, el abandono de la Unión Europea y una marcada tendencia al totalitarismo. Hoy podemos pensar que es imposible que estos partidos lleguen al poder, pero cuando la población se ve amenazada por el desempleo y la pobreza, todo puede suceder.
El novelista ruso Lev Tolstoi escribia casi al final de su vida que «Cuando pienso en todos los males que he visto y sufrido a causa de los odios nacionales, me digo que todo ello descansa sobre una odiosa mentira: el amor a la patria.» Superar las fronteras que dividían las naciones europeas no ha sido fácil , ha significado años de esfuerzo de grandes hombres que ,a lo largo de la historia, han defendido la idea de Europa, la nostalgia de aquel Imperio Romano sin fronteras, unido por una lengua y una cultura y donde todos los pueblos tenían cabida. ¿Y ahora vamos a permitir que el miedo, la inseguridad, la maldad,vuelvan a apoderarse de los campos europeos?¿vamos a consentir que vuelvan a sufrir los más débiles mientras se entierran todos los principios por los que hombres mejores que nosotros lucharon y murieron?
El espíritu de Europa debe ser el de una gran casa donde todos hallan refugio y con eso no quiero decir que entren millones de extranjeros ilegales, sin ningún control. Siempre es necesario un control pero , lo que quiero decir es que por historia, por creencias, por nuestra propia naturaleza, Europa debe ser el líder de una recuperación a nivel global que no se basará en la economía, esa especie de Dios que parece querer esclavizarnos, sino en las personas . Nos equivocamos al buscar las soluciones preguntando a un economista, la economía no tiene fuerza para unir nada , sólo proporciona un delgado barniz de civilización hasta que estalla hecho pedazos.
Una vez más busquemos la guía de uno de los Padres de Europa, Robert Schuman » Europa está buscando; sabe que tiene en sus manos su propio futuro. Jamás ha estado tan cerca de su objetivo. Quiera Dios que no deje pasar la hora de su destino, la última oportunidad de su salvación’, Aquel proyecto nacido en 1950 está ahora en peligro y por ello no debemos permitir que iniciativas como esta ley que situaba a los inmigrantes en una posición de vasallaje con respecto a los demás europeos salga adelante. Si nos olvidamos de porque luchamos , si nos olvidamos que la libertad, la igualdad y la fraternidad son el lema que impulsa a Europa, habremos perdido esta última oportunidad de la que hablaba Robert Schuman y , entonces, Europa volverá a enfrentarse y la sangre regresará a sus campos
Y esta oportunidad tenemos que mantenerla vida desde las aulas de nuestros colegios, hay que procurar que las nuevas generaciones de europeos conozcan la historia de Europa .Felicitémonos hoy por la victoria conseguida en el Parlamento, pero permanezcamos vigilantes, porque las fuerzas desintegradoras están esperando una nueva oportunidad.
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