CRÓNICA NEGRA DE MADRID: LA HISTORIA DE HILDEGART Y LA EUGENESIA

Hoy, dentro de los artículos que dedico semanalmente a tratar temas de la historia de Madrid, quiero contaros una historia de la crónica negra de esta ciudad que he recordado después de ver la película «Mi hija Hildegart» de 1977 y dirigida por el genial actor y director Fernando Fernán Gómez. En ella se narra una historia donde juega un papel importante una teoría que estuvo muy en  boga en gran parte de Europa durante la primera mitad del siglo XX y que fue llevada a la práctica por el nazismo alemán: la eugenesia. Vamos a conocer la historia de Hildegart y también en que consistía la eugenesia, que se halla en el origen de esta historia.
La eugenesia es una teoría o filosofía social que pretende mejorar los rasgos hereditarios del ser humano mediante la intervención externa o, dicho de otra forma, la selección artificial de seres humanos. Ya lo había descrito Platón en su obra «La República» ,donde podemos leer estas palabras «que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las peores al contrario». Con ello Platón pretendía que las personas más brillantes y mejor preparadas tuvieran descendencia entre sí, pues así se mejoraría la raza. En la polis griega de Esparta ya se realizaba desde siglos antes, cuando se abandonaba a la intemperie todos aquellos recién nacidos que tuvieran algún defecto al nacer.
Pero el teórico moderno de la eugenesia sería el inglés Francis Galton(1822-1911), que se basó en la teoría de la evolución y adaptación al medio de los más fuertes que Charles Darwin había descrito en su obra «El origen de las especies». Después de estudiar las teorías de Darwin, Galton interpretó que la sociedad estaba obstaculizando los mecanismos de la selección natural al cuidar de los débiles, de los que tenían taras físicas o mentales y con ello se debilitaba a la raza . Para evitarlo, había que controlar la reproducción, de forma que sólo los mejor preparados, los que tuvieran mayor talento y perfección física tuvieran descendencia. Así lo expone en el inicio de su obra «El genio hereditario»
«Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico. Consecuentemente, como es fácil ,a pesar de estas limitaciones, lograr mediante la cuidadosa selección una raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotada mediante matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas «
Francis Galton (1822-1911) fue quien dio forma a la filosofía de la eugenesia , cuya interpretación  tanto daño causaría en el siglo XX en manos de dictadores como Adolf Hitler o Josef Stalin, y que también se extendió a Suecia o Estados Unidos, donde incluso  en los años 70 del pasado siglo se aplicaba mediante la esterilización de deficientes mentales  para que no tuvieran descendencia  
La teoría de la eugenesia sería utilizada por Adolf Hitler y los nazis para crear una raza de superhombres basándose en los rasgos que ellos atribuían a la raza aria. Se llegaron a crear sanatorios donde se internaba a personas afectadas por diferentes enfermedades mentales que luego desaparecían sin dejar rastro, eliminados por ser seres degenerados que no deberían reproducirse para no contribuir al declive de la raza. No voy a tratar aquí en que terminó la eugenesia en manos del nazismo, pero ya sabemos el peligro que supone considerar a una raza como inferior , pues de eso a la esclavitud y al exterminio sólo hay un paso. Ese paso supuso en la II Guerra Mundial la muerte de seis millones de judíos.
Pero sigamos con el relato de nuestra historia. Viajamos ahora a finales del siglo XIX hasta El Ferrol, en la provincia de La Coruña, donde nos encontramos con la familia Carballeira, formada por los padres y dos hijas, Josefa y Aurora. Josefa, la mayor de las hermanas, no es  una chica agraciada y además sufre cojera por culpa de una poliomielitis padecida de niña, pero es bastante promiscua en sus relaciones con los hombres , al contrario que su hermana pequeña, Aurora, que no quería a su hermana a la que calificaba como «muy mala hermana» , y que sufría porque, a pesar de ello, Josefa era la preferida de su madre. Lo cierto es que Josefa no tardó en quedar embarazada fruto de sus constantes relaciones sexuales con diferentes hombres. Estamos en el año 1896, Josefa tiene 22 años y el padre es desconocido, un auténtico escándalo para la época que la obligó a abandonar Galicia dejando a su hijo al cuidado de su hermana, que volcará todo su cariño y sus atenciones en el pequeño, tratando de ofrecerle todo el cariño y atenciones que la propia Aurora no había recibido de su madre.
Tenía la costumbre de tocar el piano sentando al pequeño en sus piernas y, cuando tenía dos años y medio, saltó la sorpresa. Un día, el niño se puso a tocar en el piano una jota que Aurora le había enseñado. Aurora se dio cuenta que el niño era especial y que ella había sido la que había despertado el talento del niño. Tenía razón, el pequeño era un niño prodigio que con sólo cuatro años tocaba piezas del repertorio clásico delante de la reina María Cristina, viuda de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII, quién se ofreció a pagar su educación. Josefa apareció en escena para reclamar a su hijo ahora que ya era famoso. El niño , de nombre José Rodriguez Carballeira aunque conocido como Pepito Arriola, tendría una brillante carrera aunque a  su muerte en 1954 había caído en el olvido, pero Aurora sólo sentía rabia porque había sido arrinconada cuando era ella quién descubrió el talento del niño. Ahora era su hermana la que disfrutaba de la fama y la riqueza.
Anuncio del programa previsto en una de las actuaciones del niño prodigio Pepito Arriola(1896-1954), que ya era capaz de tocar piezas de piano con sólo tres años, edad con la que ya ingresó en el Conservatorio Nacional. Se haría internacionalmente famoso, pero aunque fue su madre Josefa la que se llevó el mérito de haberle descubierto, en realidad fue su hermana Aurora, que le había criado desde recién nacido . Nadie se lo reconocería.
En 1901 fallece la madre de Aurora, que se queda al cuidado de su padre y gestiona los bienes de la familia al tiempo que se dedica con febril intensidad a la lectura. Es ahora cuando entra en contacto con las teorías eugenésicas de Francis Galton ,que ya hemos visto, y esta teoría de la mejora de la raza y la creación de superhombres la impresiona vivamente. Y si ella no tenía capacidad para crear una nueva sociedad de hombres perfectos , si podía hacerlo a nivel individual , con sus propios hijos.Tras la muerte de su padre y con una buena situación económica, Aurora, que ahora tiene 35 años, convierte su sueño de crear la «mujer perfecta» en el gran objetivo de su vida. Y tenía que ser una mujer y no un hombre porque , según Aurora, «no me planteaba dar a luz un varón, porque el varón era incapaz de reformar la sociedad». 
Para ello, lo primero era encontrar el candidato adecuado para ser el padre, algo complicado porque a ella le repugnaba el sexo , pero entendía que era la única forma de alcanzar su sueño. Después de una intenso y minucioso proceso de selección , parece que encontró el candidato idóneo, aunque aún hoy se desconoce su identidad pues Aurora siempre lo mantuvo en secreto, aunque se sospecha que podría ser Alberto Pallás, un capellán castrense, con un elevado nivel cultural e inquietudes sociales y filosóficas. La condición que impuso al padre es que desapareciese por completo de su vida una vez que estuviera confirmado el embarazo  y renunciar a todo derecho de paternidad.
Aurora se traslada a Madrid para tener en la capital a su hija, tomando todas las precauciones para que el feto se desarrollara sano y fuerte, adoptando posturas adecuadas en la cama, haciendo ejercicios especiales y tomando baños de agua caliente cada doce horas, entre otras medidas. El 9 de diciembre de 1914 nacía una niña a la que pondría por nombre Hildegart , formado por las palabras alemanas Hilde, que significa conocimiento o sabiduría, y Gart, derivada de Garten o jardín en alemán, por lo que su nombre venía a significar «Jardín de Sabiduría».
La joven Hildegart cuando contaba aproximadamente 18 años de edad y su madre Aurora Rodríguez. También podríamos decir la creadora y su creación, pues en muchos sentidos Hildegart era la prolongación de la voluntad de su madre. Su brillantes e inteligencia eran suyas, pero su vida estaba diseñada por una madre que la había convertido en la proyección de sus deseos  
Empezaba de verdad el proyecto de Aurora. Su primer juguete fue un puzzle para que se familiarizase con las letras, a los cuatro años ya hablaba cuatro idiomas y escribía a máquina sin cometer errores ortográficos y con 10 años Aurora ya había aleccionado a la pequeña en temas filosóficos, sociales y en la eugenesia y con esa edad ya pronuncia su primer discurso en público. Antes de los 13 años ya escribe con regularidad artículos sobre la pena de muerte, la sexualidad o la educación y con 14 años ingresa en la universidad para estudiar Derecho. También en esta época aumenta su participación en la vida pública, afiliándose a la UGT, y participando en manifestaciones contra la dictadura del general Primo de Rivera, al tiempo que se hace amiga de personalidades de la cultura como el doctor Gregorio Marañón o la escritora Clara Campoamor. Recordad que sólo tenía 14 años .
No era muy agraciada físicamente, pero asombraba a toda la sociedad del momento por su capacidad de tratar con total naturalidad y con gran inteligencia temas tabúes como la prostitución, la liberación de la mujer , la anticoncepción y la esterilización de los débiles , siguiendo las enseñanzas eugenésicas que le había transmitido su madre,una madre que era la auténtica sombra de su hija y es difícil saber el grado de participación de la madre en los escritos y discursos de su hija, pero es fácil suponer que era muy grande.
Con la llegada de la República en 1931, en un primer momento Aurora e Hildegart pensaron que sus ideales iban a encontrar un sitio para desarrollarse en el nuevo régimen político, pero pronto se desilusionaron al ver que las reformas prometidas no se llevaban a cabo. Hildegart escribió muchos artículos atacando a la UGT y a los partidos de izquierdas a los que antes apoyaba. Desilusionada, Hildegart se afilia a otro partido político minoritario y se dedica a escribir artículos contra el socialismo, el marxismo aunque sigue a favor de la eugenesia , como lo demuestran títulos como «La gran función social de la procreación», todo ello bajo la mirada aprobadora de su madre, que prefería que se alejase de la política , donde ya era conocida como «la Virgen Roja», y se dedicase a la reforma de la sexualidad y la implantación de la  eugenesia.

VÍDEO SOBRE LAS PRÁCTICAS EUGENÉSICAS EN LA ALEMANIA NAZI

Hildegart llega a mantener una amistad epistolar con Sigmund Freud y el escritor de ciencia ficción H.G.Wells, autor entre otras de «La Guerra de los Mundos», la llegó a pedir que fuera su secretaria , oferta que fue aceptada por Hildegart, lo que significaba que tendría que trasladarse a vivir a Londres. Aurora empezó a mostrar su disgusto por estas nuevas relaciones de su hija, ya que pensaba que lo único que querían era apartarla de su lado y comenzó a obsesionarse con la idea de que querían llevarse a su hija o quizás matarla, pues debido a las constantes críticas de Hildegart a la izquierda había recibido anónimos amenazándola. Cada coche que pasaba por delante de su calle le parecía sospechoso, incluso la portera del edificio, por lo que decidió adquirir un revolver que llevaba a todas horas encima. Pero lo que en realidad no podía soportar era el progresivo alejamiento de su hija.
Hildegart, al cumplir los 18 años, manifiesta ya su deseo de independizarse de su madre , de alejarse de ella para respirar en libertad. Hildegart escribe «Yo quiero vivir mi vida.Quiero marcharme donde sea, pero sin tenerte constantemente pegada a mi como una sombra, ni escuchar a todas horas recriminiaciones y augurios siniestros, sin que trates de torce mi vida, para mejor servir a tus fantásticos anhelos». La relación entre ambas cada vez es peor, llegando a atacarse mediante artículos de prensa. En uno de ellos, Hildegart, en respuesta a uno previo de su madre, escribe:
«Esta bien, yo también creo que los fuertes deben aplastar a los débiles;que el hombre avanzado y audaz debe cortar violentamente cuantas ligaduras le aten al pasado.¡Hay que triunfar por encima de todo!Aún dejándose jirones del alma en las zarzas del camino,ha de vencer el más fuerte.¡Y aquí el más fuerte soy yo!»



Féretro de Hildegart, asesinada el 9 de julio de 1933 por su madre Aurora Rodríguez de cuatro disparos. Era el fin de un sueño, el de una mujer perfecta que pudiera transformar la sociedad  



Así llegamos a la madrugada del 9 de julio de 1.933. Unos días antes Hildegart había dicho a su madre «Tu sabes que si no me eliminas ,yo me perderé y conmigo todo se perderá ,porque me iré;o sea que mátame». El día antes , después de una fuerte discusión, Aurora  había permitido que Hildegart se trasladarse a vivir a casa de una amiga para ver si así mejoraba la relación, pero ella sabía que eso sólo era el paso para la definitiva separación, la iba a perder. Y no podía permitirlo, era el fracaso de su proyecto, la mujer perfecta. Algo había fallado, tenía que ser la influencia de los genes de su padre, o que ella no supo educarla correctamente para la gran misión que tenía que desempeñar en esta vida, la reforma de la sociedad y el nacimiento de un nuevo mundo de seres perfectos.
Si, algo había salido mal y no podía permitir que su hija se convirtiera en un arma en manos de sus enemigos, que  terminaran prostituyendo sus ideales. No tenía más remedio que acabar con su creación, aunque era acabar con su propio sueño, aunque fuera acabar con el único sentido que tenía su existencia. A las 06:35 de la madrugada del 9 de julio de 1933 cuatro disparos sonaron en el ático del edificio de la calle Galileo 51. Tres disparos en el rostro y uno en el pecho. La había disparado mientras dormía, quizás soñando con su futuro viaje a Londres.
El cuerpo de Hildegart fue enterrado en el cementerio de la Almudena y gran número de seguidores acompañaron el féretro por las calles de Madrid. La noticia ocupó las portadas de los periódicos con titulares como «Crimen impresionante: la escritora y propagandista señorita Hildegart fue muerta a tiros por su madre». Aurora se entregó a la policía  y durante el juicio que se celebró a continuación puso especial énfasis en que no estaba loca y que el crimen lo había cometido en plena posesión de sus facultades, y diría a la prensa «No quiero que se me declare irresponsable.Prefiero los muros de un presidio a la tristeza funeraria de un manicomio». Fue condenada a 26 años de prisión en la cárcel de Ventas. Allí aún tuvo fuerzas para tratar de seguir con sus reformas sociales para mejorar las condiciones de vida en la prisión, pero ya en 1935 su estado mental se deteriora  y es ingresada en la Nochebuena de ese año en el Sanatorio de Ciempozuelos.
La noticia del asesinato de Hildegart por su madre ocupó las portadas de los periódicos de la  época. Aurora terminaría sus días enferma de cáncer en el Sanatorio Mental de Ciempozuelos
Después de años encerrada en el manicomio se le diagnosticó un cáncer y, sintiendo que su vida ya no tenía objetivo alguno,  se niega a recibir  tratamiento. Aurora Rodriguez Carballeira moriría el 26 de  diciembre, día de los Santos Inocentes, de 1956. Su nombre no sería recordado sino unido al de su creación, Hildegart, como el del doctor Frankenstein quedó unido a su criatura en la novela de Mary Shelley. Así terminó el sueño de crear una mujer perfecta , pero Aurora se olvidó que su hija era un ser humano y no una proyección de sus propios anhelos y cuando temió perder a su criatura, la destruyó.
¿Locura? Es una palabra que creo que hay que utilizar con mucho cuidado . Como decía el poeta italiano Artur Graf «el de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra»

¿QUE QUIEREN LAS MUJERES?UNA REFLEXIÓN SOBRE LA INSEGURIDAD DE LOS HOMBRES

En la novela «Ana Karenina» del gran escritor ruso Leon Tolstoi, se puede leer este diálogo entre dos hombres :

«La mujer, amigo mío, es un ser que por más que la estudias te resulta siempre nuevo
-Entonces vale más no estudiarla
-No!Un matemático ha dicho que el placer no está en descubrir la verdadera sino en el esfuerzo en buscarlo»

La frase más habitual cuando los hombres hablan sobre las mujeres es ese tópico de «no hay quién las entienda»  , muy similar a la que imagino que usan las mujeres para los hombres, ese «todos son iguales» y ambas afirmaciones son falsas , porque no hay dos seres humanos iguales ni se puede emplear generalidades cuando hablamos de los seres humanos. Sin embargo, creo que el hombre se halla mucho más desorientado sobre como comportarse con la mujer, como interpretarla y tratar de saber lo que realmente piensa y desea.
La verdad es que no creo ser el mejor para escribir sobre lo que quieren las mujeres, porque al igual que los demás también me hallo perdido, pero trataré ,al menos, de esforzarme en aclarar más que lo que quieren las mujeres, los esfuerzos más o menos torpes que hacemos para tratar de conocerlas un poco más, al menos desde mi punto de vista. Aunque en el fondo, se que ese esfuerzo estará condenado al fracaso si tengo en cuenta las palabras de alguien tan inteligente como Sigmund Freud «he aquí la gran incognita que no he podido resolver, a pesar de mis treinta años de investigación sobre el alma femenina¿qués lo que quiere la mujer?»
Sigmund Freud, el inventor del psicoanálisis y el pionero en el estudio del subconsciente se hallaba tan desorientado con respecto a las mujeres como cualquiera de nosotros y reconocía no saber nada sobre ellas después de 30 años de estudio
Lo primero que los hombres nos preguntamos es que buscan las mujeres en un hombre, que es lo que realmente les gusta o les atrae. En España hay un dicho un poco vulgar referido al hombre y que creo que la mayoría conocemos, ese tan descriptivo de que «mas tiran dos tetas que dos carretas», porque en eso creo que el hombre es bastante más simple que la mujer. Para el hombre, el atractivo físico de la mujer es un imán, algo que le atrae incluso de forma involuntaria , pero creo que también es muy cierta esa frase de José Ortega y Gasset que nos dice que «la belleza que atrae rara vez es la belleza que enamora«, y tanto hombres como mujeres pienso que no se enamoran de un cuerpo, sino de una forma de ser , de una forma de mirar, de hablar, de comportarse, de todo ese conjunto de factores dificiles de describir y atrapar que constituyen la personalidad de un ser humano.
Pero volviendo a la pregunta ¿qué les gusta a las mujeres?¿qué les atrae? Si hablase por mi experiencia de estudiante, mi respuesta sería que las mujeres se enamoran de los chicos guapos de la clase, aunque yo había siempre oído eso tan bonito de que «la belleza está en el interior» . Yo me imaginaba que , al menos en mi caso, tenía tan interiorizada esa belleza que debía resultar invisible porque la verdad creo que tenían mucho más éxito los chicos físicamente atractivos. Pero el hombre siempre usa recursos para no perder su propia estima y en mi caso, como imagino que harán muchos otros hombres, era pensar «no tengo éxito alguno porque no soy atractivo aunque si inteligente» .
Entonces, como método de defensa, el hombre se crea en su mente la idea de que las mujeres sólo se sienten atraídas por los hombres guapos y no por los inteligentes, y , por supuesto, uno mismo se pone en el grupo de los inteligentes, porque sería demasiado duro pensar que eres feo y poco inteligente al mismo tiempo. Pero esta imagen es , por supuesto, falsa aunque no del todo. Según un estudio realizado por la Universidad de California  sobre 204 mujeres a las que se preguntó que eran las tres cosas que más les atraía de los hombres, un 44% dijeron que los ojos, un 36% que las manos y un 34% el sentido del humor.  Esta claro que si uno de los valores más estimados por ellas es el sentido del humor es porque valoran la inteligencia.
Habrá que aceptarlo, aunque hay que tener en cuenta siempre que en todo estudio basado en preguntas hay que contar con la posibilidad de que incluso lleguemos a engañarnos a nosotros mismos respondiendo lo que pensamos que deberíamos responder y no lo que queremos responder.¿Físico o intelecto?Imagino que la respuesta de todas las mujeres sería una mezcla de los dos pero según este estudio, su conclusión es que «la inteligencia para una mujer es uno de los mayores atractivos del hombre. El hombre es más visual y la mujer más mental. Mientras que él se enamora sencillamente de lo que ve, ella se enamora de la personalidad de varón y , en eso, la inteligencia juega un papel fundamental» Para poner un poco de humor , mi conclusión personal es que ni tengo personalidad, ni inteligencia
Con esto si quedaría confirmado que ellos se enamoran más del físico y ellas del intelecto, aunque pienso que a eso podríamos buscarle muchos matices y , sobre todo, un obstáculo muy importante para el hombre y es el hecho, no se si científico pero que casi todos los hombres han experimentado, de que en presencia de una mujer por la que sentimos atracción disminuye nuestra inteligencia. Eso es lo que causa los tartamudeos, las frases inconexas y los temblores que nos convierten en algo muy lejos de un ideal de inteligencia.
Nunca como ahora  ha habido tantas posibilidades de relacionarse entre los dos sexos, ya desde la escuela cuando comparten horas y horas de clase, hasta la edad adulta cuando trabajamos juntos y nos permite llegar a un trato y conocimiento del otro sexo como nunca había sucedido antes en la historia.Todos tenemos en la memoria las imágenes de las películas basadas en novelas de Jane Austen o Charlotte Brönte, en aquella sociedad puritana donde hombres y mujeres representaban los papeles que les asignaba la sociedad de la época y donde la espontaneidad, la auténtica personalidad, apenas tenía hueco para mostrarse. Y a pesar de ello, a pesar de las facilidades para hablar, para compartir tareas y aficiones, parece que se siguen manteniendo los mismos tópicos, el mismo desconocimiento de entonces.
Es sencillo refugiarse en los tópicos masculinos de lo incomprensible de la mujer, e incluso en lo perjudicial que puede llegar a ser para el hombre. Conocidas son las palabras de Sacha Guitry «si la mujer fuera buena , Dios tendría una» o la de poetas como Alfredo Musset que habla sobre el mal inevitable femenino «la mujer es como una sombra, no podrás atraparla, pero tampoco huir de ella».  Hasta grandes genios militares y políticos como  Napoleón han caído en ese miedo e incomprensión hacia la mujer, pues el gran corso  afirmaba que «las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo»
El hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci, el canon de las proporciones perfectas del hombre.¿Cuál es el canon que las mujeres tienen de los hombres?
¿Es preciso, entonces, refugiarnos en esa palabras que  afirman que ante las mujeres sólo podemos amarlas o conocerlas? Para ser sincero, me temo que cuando intentas conocer a una mujer y no actúas como se entiende que debe actuar un hombre que trata de conquistar una mujer, somos clasificados como amigos y ya no habrá opción para cambiar esa etiqueta. Pero puede que no sea más que un prejuicio de mi mente masculina. A mi , al igual que a otros muchos hombres, nos gusta escuchar a las mujeres , compartir el tiempo con ellas, y , como aseguraba el filósofo español Julián Marías, la más perfecta forma de amistad que existe es la que nace entre el hombre y la mujer, es la que puede proporcionar más felicidad.
Quizás el error consista en que pensamos que siempre están esperando algo de nosotros y , en realidad, sólo quieren que las escuchemos, que estemos junto a ellas, en esencia lo mismo que queremos nosotros. A lo mejor, tantos estudios, tantas estadísticas, tantos tratados que hablan de las relaciones entre hombres y mujeres podrían resumirse en que todos somos de una u otra forma mendigos de cariño, andamos perdidos por este mundo buscando una mano amiga, una mirada de afecto y una palabra de aliento contra la soledad que siempre nos amenaza.
Cuando leo lo que he escrito me doy cuenta que no soy capaz de esbozar ni un mal dibujo de las relaciones entre hombres y mujeres. Pero no importa, es una tarea para una vida entera y quizás ni siquiera eso me baste pero , como decían los personajes de Ana Karenina , «el placer no está en descubrir la verdad , sino en el esfuerzo en buscarla«.  Y misteriosas o no, creo que no hay nada que nos haga más bella la vida que la mujer.